1 Especie
Alimenta tu bonsái de lilac con un fertilizante equilibrado de liberación lenta durante la temporada de crecimiento, desde la primavera hasta el otoño. Para obtener mejores resultados, diluye el fertilizante a la mitad de la concentración según las instrucciones del paquete. Durante el período de dormancia invernal, cesa la fertilización por completo. Un programa de alimentación bien equilibrado promoverá un crecimiento saludable y una floración abundante en la siguiente temporada.
El bonsái de lilac requiere exposición total al sol, idealmente recibiendo al menos 6 horas de luz solar directa diariamente. Aunque son resistentes, no toleran bien las raíces congeladas; protégelos moviéndolos a un invernadero frío o refugio similar cuando las temperaturas bajen de -4°C (25°F). Durante las partes más calurosas de los días de verano, proporcionar sombra ligera por la tarde puede ser beneficioso para prevenir el estrés en la planta.
El enfoque de poda para el bonsái de lilac requiere un equilibrio delicado. Se deben fomentar los nuevos tallos para mantener el vigor de la planta, mientras que las ramas más viejas y leñosas pueden ser removidas cada 6-10 años cuando haya reemplazos adecuados disponibles. Siempre poda después de la floración a finales de primavera o principios de verano para evitar afectar las flores del próximo año. Al podar, recorta los brotes dejando tres nudos activos o brotes laterales. Recuerda que la poda severa puede afectar la floración, por lo que mantén un equilibrio cuidadoso entre la formación y la producción de flores.
La poda de desarrollo comienza con la eliminación de ramas muertas, dañadas o débiles para mejorar la salud general. Para la poda estructural, identifica y recorta las ramas principales para crear un marco deseado y fomentar una forma equilibrada. Al aclarar, elimina selectivamente las ramas apiñadas para permitir la entrada de luz y aire en las partes internas del árbol. El mantenimiento regular del brote apical mediante el recorte fomentará la brotación lateral y mantendrá un hábito de crecimiento compacto.
Se recomienda el trasplante anual para el bonsái de lilac, mejor realizado después de que la floración haya terminado. El sistema de raíces vigoroso y la tendencia a producir retoños significa que necesitan un mantenimiento regular de raíces para mantenerlos bajo control. Usa una mezcla bien drenante: combina moho de hojas, corteza, marga y arena afilada en partes iguales, o usa una proporción de 2:1 de Akadama a piedra pómez. Esto proporciona tanto el drenaje como el contenido orgánico que los lilacs necesitan para un crecimiento óptimo.
El bonsái de lilac requiere atención cuidadosa al riego, particularmente antes y durante la producción de flores. Aunque necesitan humedad constante, son susceptibles tanto al daño por sequía como a las condiciones de encharcamiento. Permite que la superficie del suelo se seque moderadamente entre riegos, pero nunca dejes que se seque por completo. Ajusta la frecuencia de riego según las condiciones climáticas y las necesidades de la planta, siendo particularmente vigilante durante la temporada de crecimiento y el período de floración.