1 Especie
Aplique fertilizante orgánico sólido cada cuatro semanas durante la temporada de crecimiento para mantener un crecimiento y desarrollo saludables. Alternativamente, puede usar un fertilizante líquido semanalmente para alimentaciones más frecuentes pero ligeras. Durante los meses de invierno, reduzca la frecuencia de fertilización: use fertilizante líquido una vez al mes si se mantiene en un lugar fresco, o cada dos semanas si se mantiene en un ambiente más cálido. Un fertilizante equilibrado para bonsáis proporcionará los nutrientes esenciales y los oligoelementos necesarios para un crecimiento, floración y fructificación adecuados.
La sageretia puede requerir fertilizante férrico adicional si las hojas muestran un color verde pálido con venas más oscuras, lo que indica una deficiencia de hierro. Esta especie depende en gran medida de una nutrición adecuada para mantener su atractivo follaje y promover el desarrollo de su característica corteza escamosa.
La Sageretia es bastante adaptable y puede cultivarse tanto en interiores durante todo el año como en exteriores durante los cálidos meses de verano. Cuando se mantiene en interiores, colóquela cerca de una ventana orientada al sur o al oeste para recibir luz brillante pero indirecta, ya que la luz solar directa intensa puede dañar el follaje. Durante el invierno, mantenga temperaturas entre 53°F (12°C) y 72°F (22°C); cuanto más cálido sea el lugar, más luz necesitará. Las luces de crecimiento suplementarias pueden ayudar durante los meses de invierno más oscuros.
La alta humedad es esencial para esta especie, por lo que evite colocarla cerca de ventilaciones de calefacción o en áreas con corrientes de aire. Aunque disfruta pasar el verano al aire libre en un lugar semi-sombreado, la Sageretia no puede tolerar las heladas y debe ser llevada adentro antes de que las temperaturas bajen demasiado. Esta especie tropical prospera en condiciones estables y cálidas con buena circulación de aire y niveles consistentes de humedad.
La Sageretia es una especie de crecimiento relativamente rápido que responde bien a la poda regular durante todo el año. Recorte los brotes a 2 hojas para mantener la forma compacta del árbol y fomentar una ramificación densa. El momento óptimo para la mayoría del trabajo de poda es durante la primavera y el verano, cuando el crecimiento es más activo. Evite la poda intensa a finales del verano si desea que el árbol desarrolle flores y frutos.
Para el desarrollo estructural, las ramas jóvenes y los brotes pueden alambrarse en primavera cuando aún son flexibles. Las ramas más viejas se vuelven bastante rígidas y son difíciles de doblar, por lo que es importante establecer la estructura básica de las ramas mientras el árbol es joven. La Sageretia brota fácilmente después de la poda, lo que la hace bastante indulgente con trabajos de poda más agresivos cuando sea necesario. Dentro de 4-6 semanas después de la poda, generalmente emergerán nuevos brotes más atrás en las ramas, ayudando a crear un crecimiento denso y bien ramificado.
Trasplante su bonsái de Sageretia cada dos años utilizando una mezcla de suelo bien drenante pero que retenga la humedad. Al trasplantar, puede eliminar de manera segura hasta un tercio de la masa de raíces. Elija una maceta ligeramente más grande de lo típico para esta especie para ayudar a prevenir que el suelo se seque demasiado rápido. El mejor momento para trasplantar es durante la temporada de crecimiento activo en los cálidos meses de verano cuando el árbol puede recuperarse rápidamente.
Use suelo de alta calidad para bonsáis como Akadama, que proporciona un excelente drenaje mientras fomenta el desarrollo de raíces finas. Después de trasplantar, coloque el árbol en agua de manera que cubra toda la maceta durante unos 5 minutos, luego deje que drene completamente. Este riego profundo inicial ayuda a asentar el suelo y asegura un contacto adecuado con las raíces.
El riego adecuado es crítico para la supervivencia de la Sageretia; esta especie es particularmente sensible tanto al exceso como a la falta de agua. Mantenga el cepellón consistentemente húmedo pero nunca empapado. Revise el suelo diariamente y solo riegue cuando comience a sentirse apenas húmedo al tacto. Riegue a fondo ya sea por inmersión o vertiendo agua sobre la superficie del suelo hasta que drene libremente por el fondo.
La Sageretia prefiere agua con un pH ligeramente ácido a neutro, por lo que evite usar agua altamente calcárea si es posible. La nebulización regular es beneficiosa, especialmente durante los meses de invierno cuando la calefacción interior puede reducir la humedad. Sin embargo, un solo riego omitido puede ser fatal para esta especie, ya que se deshidrata rápidamente y puede no recuperarse de un secado completo de las raíces. Las puntas de las hojas marrones a menudo indican exceso de riego, mientras que la caída repentina de hojas puede significar que el suelo se ha secado demasiado.