1 Especie
Alimenta tu bonsái de magnolia con un fertilizante orgánico equilibrado una vez al mes durante la temporada de crecimiento (desde la primavera hasta finales del verano). Para una alimentación más frecuente, puedes optar por un fertilizante líquido aplicado semanalmente. Durante el período de floración, considera cambiar a un fertilizante bajo en nitrógeno para mejorar la producción de flores y prevenir un crecimiento excesivo que podría debilitar el árbol. Recuerda que una fertilización adecuada es especialmente crucial durante la temporada de crecimiento cuando el árbol consume más nutrientes.
Además, observa los signos de clorosis (hojas amarillentas), que pueden ocurrir debido a deficiencias de nutrientes o al usar agua altamente calcárea. Si esto sucede, ajusta tu programa de fertilización o considera suplementar con nutrientes específicos según sea necesario.
Coloca tu bonsái de magnolia en un lugar que reciba luz solar brillante por la mañana con sombra parcial por la tarde para prevenir quemaduras en las hojas. Durante la temporada de crecimiento, las temperaturas entre 60-80°F (15-27°C) son ideales. Aunque las magnolias son generalmente resistentes a las heladas, protege tu bonsái de heladas severas cuando se cultiva en contenedores pequeños moviéndolo a un invernadero frío pero libre de heladas durante el invierno.
El período de floración requiere atención especial: protege las flores de la lluvia y las heladas para extender su vida útil, ya que pueden marchitarse repentinamente cuando se exponen a heladas nocturnas en primavera. Si mantienes el árbol en interiores, colócalo cerca de una ventana orientada al sur o al oeste para asegurar una exposición adecuada a la luz, pero evita colocarlo en áreas con fluctuaciones extremas de temperatura o corrientes de aire.
Poda tu bonsái de magnolia principalmente durante la dormancia invernal cuando la estructura de las ramas es claramente visible sin hojas. Después de la floración y durante toda la temporada de crecimiento, recorta los nuevos brotes a dos hojas una vez que hayan desarrollado cinco o seis hojas. Durante el verano, cuando el dosel se vuelve denso, elimina las hojas más grandes para prevenir el sombreado de las ramas internas.
Para la reducción de hojas, puedes realizar una defoliación a principios del verano eliminando cuidadosamente las hojas maduras para fomentar el crecimiento de hojas más pequeñas. Al podar las hojas, dobla cada hoja a lo largo de su vena central y haz un corte diagonal para mantener una forma puntiaguda natural. Evita la poda agresiva ya que las magnolias sanan lentamente, y ten especial cuidado al podar durante el período de floración para evitar reducir la producción de flores.
Trasplanta los bonsáis de magnolia más jóvenes cada dos o tres años, mientras que los especímenes más viejos pueden pasar más tiempo entre trasplantes. Usa una mezcla de suelo bien drenante con un pH entre 5.5 y 7, incorporando componentes como akadama, pumita y roca de lava. El mejor momento para trasplantar es a principios de la primavera, justo antes de la brotación.
Al trasplantar, sé gentil con el sistema radicular ya que las raíces de magnolia son bastante tiernas, especialmente en árboles más viejos. Poda las raíces de manera conservadora, enfocándote en mantener una masa radicular saludable en lugar de una reducción agresiva. Asegúrate de que la nueva maceta tenga agujeros de drenaje adecuados y sea del tamaño apropiado para acomodar el sistema radicular mientras mantienes proporciones estéticas.
Mantén el suelo consistentemente húmedo pero nunca encharcado, ya que las magnolias son sensibles tanto a la sequía como al exceso de agua. Durante la temporada de crecimiento, el árbol consume cantidades significativas de agua, por lo que monitorea la humedad del suelo diariamente revisando la pulgada superior del suelo: riega abundantemente cuando se sienta seca al tacto. Usa agua con un pH entre 5.5 y 7, preferiblemente agua de lluvia si tu agua del grifo es altamente calcárea.
Recuerda ajustar la frecuencia de riego según los cambios estacionales y reducir el riego durante la dormancia invernal. Mantener una humedad adecuada a través de la nebulización regular puede beneficiar al árbol, especialmente después del trasplante, pero asegúrate de tener una buena circulación de aire para prevenir problemas fúngicos.