2 Especie
Durante la temporada de crecimiento (primavera hasta principios de otoño), aplique un fertilizante líquido equilibrado (10-10-10) cada dos semanas a media concentración. Los tres nutrientes esenciales - Nitrógeno, Fosfato y Potasio - promueven un crecimiento saludable, con el nitrógeno apoyando el desarrollo de las hojas, el fósforo ayudando al crecimiento de raíces y flores, y el potasio fortaleciendo el sistema inmunológico de la planta.
Al aplicar fertilizante, distribúyalo cuidadosamente sobre la superficie del suelo evitando el contacto con el follaje o el tronco para prevenir quemaduras. Durante el período inactivo de invierno, reduzca la fertilización a una vez al mes o deténgala por completo. Para un soporte nutricional adicional, considere complementar con alimentación foliar usando un fertilizante soluble en agua cada dos meses durante la temporada de crecimiento activo.
El bonsái de jazmín prospera en luz solar brillante e indirecta y requiere al menos 4-6 horas de exposición solar diaria. Coloque el árbol frente a una ventana orientada al sur cuando se cultive en interiores, especialmente durante los meses de invierno. Si se cultiva al aire libre durante la primavera y el verano, protéjalo del sol fuerte de la tarde y llévelo adentro cuando las temperaturas bajen de 45°F (7°C).
La poda de mantenimiento debe realizarse durante todo el año pellizcando y recortando el nuevo crecimiento para mantener la forma y el tamaño deseados. Nunca elimine más de un tercio de la planta a la vez para evitar debilitar el árbol. Enfóquese en eliminar ramas cruzadas, que crecen hacia adentro o largas para mantener una adecuada circulación de aire y atractivo estético.
La poda regular ayuda a dirigir la energía a las partes correctas de la planta y fomenta un crecimiento equilibrado. Sin embargo, evite la poda severa de una sola vez, ya que el jazmín puede ser sensible a los cortes agresivos. En su lugar, mantenga un programa de poda consistente basado en la tasa de crecimiento y vigor de la planta. Siempre use herramientas limpias y afiladas para hacer cortes precisos y prevenir la propagación de enfermedades.
Trasplante su bonsái de jazmín cada dos a cuatro años, o cuando el sistema de raíces llene la maceta actual. El mejor momento para trasplantar es a mediados del verano cuando la planta es menos frágil. Al trasplantar, retire la planta de su contenedor junto con toda la tierra vieja, y recorte aproximadamente un tercio de la masa de raíces para promover un nuevo crecimiento.
Prepare una mezcla de suelo bien drenante que contenga 60% de materia inorgánica (como perlita o vermiculita), 20% de materia orgánica (como turba o corteza compostada), y 20% de arena gruesa. Coloque el árbol en una maceta ligeramente más grande que la anterior, asegurándose de que haya agujeros de drenaje adecuados. Después de trasplantar, mantenga la planta en un área sombreada y riegue diariamente durante varias semanas para ayudarla a establecerse en su nuevo contenedor.
Mantenga una humedad constante en el suelo sin dejar que el medio de cultivo se seque completamente o se encharque. Riegue abundantemente hasta que drene por los agujeros inferiores, pero espere hasta que la pulgada superior del suelo se sienta ligeramente seca antes de regar nuevamente. Durante los meses calurosos de verano, puede necesitar regar cada dos o tres días, mientras que en estaciones más frías, reduzca la frecuencia de riego según corresponda.
La alta humedad es crucial para la salud del bonsái de jazmín. Coloque la maceta en una bandeja de humedad llena de agua y guijarros para aumentar la humedad ambiental a través de la evaporación. La nebulización diaria también puede ayudar a mantener niveles de humedad apropiados, especialmente durante períodos secos o cuando se usa calefacción interior. Siempre use agua a temperatura ambiente y evite regar durante la parte más calurosa del día para prevenir daños a las raíces.
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