1 Especie
Durante la temporada de crecimiento (primavera a otoño), alimente su bonsái de Jacaranda semanalmente con un fertilizante líquido equilibrado para apoyar su rápido crecimiento y vibrante floración. En invierno, reduzca la frecuencia de fertilización a una vez cada dos semanas. Tenga cuidado de no sobre-fertilizar, ya que esto puede dañar el árbol. Usar un fertilizante orgánico bien equilibrado para bonsáis ayudará a mantener una salud óptima mientras promueve el desarrollo de esas llamativas flores de color púrpura-azul.
Como especie tropical, el bonsái de Jacaranda requiere abundante luz y temperaturas cálidas por encima de 15°C (59°F). Mantenga el árbol al aire libre en un lugar luminoso durante la primavera y el verano, donde pueda recibir al menos 6 horas de luz solar directa diaria. Sin embargo, proteja el follaje delicado de quemaduras en calor extremo usando tela de sombra. Durante el otoño y el invierno, lleve el árbol al interior y colóquelo en una ventana soleada, lejos de dispositivos de calefacción y acondicionadores de aire que puedan dañar las hojas. El árbol puede naturalmente perder sus hojas en invierno pero las volverá a crecer en primavera.
La poda es esencial tanto para la estética como para la salud. Enfóquese en desarrollar un tronco central fuerte como el líder principal. Elimine las ramas dañadas, muertas o enfermas durante la poda de mantenimiento regular a lo largo del año. Las hojas más grandes pueden ser recortadas para mantener las proporciones, y los nuevos brotes deben ser acortados a dos pares de hojas una vez que desarrollen 4-5 pares. Para dar forma, use alambre de aluminio o cobre por no más de 3 meses para evitar marcar la corteza. Es mejor estilizar el bonsái de Jacaranda en formas simples como estilos formales erguidos o de escoba que complementen su carácter naturalmente elegante.
Los bonsáis jóvenes de Jacaranda deben ser trasplantados cada 2 años, mientras que los especímenes maduros pueden pasar de 3 a 5 años entre trasplantes. El mejor momento para trasplantar es a principios de la primavera antes de que comience la temporada de crecimiento. Use una mezcla de suelo para bonsáis bien drenante con un pH ligeramente ácido y agregue una capa de grava en la base para el drenaje. El contenedor debe tener muchos agujeros de drenaje y ser aproximadamente dos tercios de la altura del árbol. Al trasplantar, pode cuidadosamente alrededor de un tercio de la masa de raíces sin dañar el cepellón. Después del trasplante, mantenga el árbol en un área cálida y sombreada y mantenga una humedad constante hasta que se recupere.
Encontrar el equilibrio adecuado de riego es crucial para el bonsái de Jacaranda. Mantenga el suelo consistentemente húmedo pero no empapado. Si el cepellón se seca, las hojas se encogerán, se volverán marrones y se caerán. Por el contrario, el exceso de agua puede llevar a la pudrición de las raíces y al amarillamiento de las hojas. Riegue abundantemente cuando la pulgada superior del suelo se sienta seca, asegurándose de que el exceso de agua drene libremente. El árbol requerirá riegos más frecuentes durante las estaciones más cálidas. Considere usar una bandeja de humedad y rociar el follaje diariamente con agua destilada para mantener los niveles de humedad más altos que esta especie tropical prefiere.
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