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Durante la primavera hasta el otoño, aplica fertilizante de tipo ácido (como alimento para azaleas/camelias) a mitad de fuerza mensualmente. Si las hojas nuevas muestran amarillamiento con venas verdes, suplementa con fertilizante de quelato de hierro. Reduce la frecuencia de fertilización a cada 1-2 meses durante el invierno. Usa ya sea pellets de liberación lenta o fertilizante líquido según tu preferencia y horario de mantenimiento.
Coloca tu bonsái de Gardenia en un lugar con 3-4 horas de luz solar directa diaria, idealmente cerca de una ventana orientada al sur si se mantiene en interiores. Mantén temperaturas entre 68-74°F durante el día y no menos de 60°F por la noche. La humedad es crucial - usa una bandeja de humedad con guijarros y agua, pero no dejes que la maceta toque directamente el agua. Aunque se puede mantener al aire libre en zonas 7-9, llévalo adentro si las temperaturas bajan demasiado o durante calor extremo. Evita mover la planta con frecuencia ya que las Gardenias son sensibles a los cambios de ubicación.
El momento óptimo para la poda es después de que termina la temporada de floración. Recorta el crecimiento largo y sin ramificar por encima de las uniones de las hojas para mantener una apariencia frondosa. Durante la temporada de crecimiento, pellizca selectivamente algunas puntas de las ramas mientras dejas otras para desarrollar brotes florales. Al alambrar, lo cual debe hacerse a finales del invierno o primavera, aplica presión gradualmente y revisa regularmente las marcas del alambre. La Gardenia se adapta bien a varios estilos de entrenamiento, particularmente formas de paraguas y semi-cascada. Maneja la planta con cuidado durante cualquier trabajo de poda o alambrado.
Trasplanta cada 2-3 años durante el final del invierno o primavera. Al trasplantar, sé conservador con la poda de raíces - remueve no más del 10-30% de las raíces. Usa suelo específicamente formulado para plantas que aman los ácidos, ya sea una mezcla pre-hecha para bonsái o una mezcla personalizada de partes iguales de Akadama, piedra pómez y roca de lava. El suelo debe tener un alto contenido orgánico y proporcionar un excelente drenaje mientras retiene algo de humedad.
Monitorea cuidadosamente la humedad del suelo - mantenlo consistentemente húmedo pero nunca empapado. Revisa el color y la textura de la superficie para evaluar las necesidades de riego; el suelo se aclara en color cuando está seco. Durante los meses cálidos, puede que necesites regar cada dos días. Para un riego completo, coloca la maceta en un plato poco profundo con 2 pulgadas de agua durante unos 20 minutos hasta que el suelo se sienta húmedo. Si el suelo se seca completamente, sumerge toda la maceta durante 5 minutos. Evita usar agua suavizada y no rocíes las hojas ya que esto puede promover el crecimiento de hongos.