4 Especie
Alimenta tu bonsái de Fuchsia con un fertilizante equilibrado y soluble en agua cada dos semanas durante la temporada de crecimiento (primavera y verano). Durante la latencia en otoño e invierno, reduce o detén la fertilización por completo. Ten cuidado de no sobrealimentar, ya que esto puede dañar la planta. Seguir las instrucciones del paquete para la dilución adecuada es esencial.
Las Fuchsias responden bien a los fertilizantes orgánicos que proporcionan una nutrición constante y de liberación lenta. Para una floración óptima, considera usar un fertilizante más alto en fósforo durante la temporada de floración. Si las hojas comienzan a amarillear entre las venas, complementa con micronutrientes o hierro.
Coloca tu bonsái de Fuchsia en un lugar con luz solar brillante e indirecta; el sol de la mañana con sombra por la tarde es ideal. En interiores, colócalo cerca de una ventana con luz filtrada, usando una cortina transparente si es necesario. Aunque las Fuchsias pueden crecer tanto en interiores como en exteriores, prefieren las condiciones exteriores donde reciben luz natural y flujo de aire.
Monitorea la temperatura cuidadosamente, manteniéndola entre 60-75°F (15-24°C). Protégelo de corrientes de aire frías y calor extremo, especialmente cerca de ventanas. Si crece al aire libre, muévelo a un lugar protegido durante el clima severo. Mantén alta la humedad usando una bandeja de humedad o nebulizando regularmente, pero evita que se acumule agua en las hojas.
La poda regular es esencial para mantener la forma de tu bonsái de Fuchsia y fomentar un crecimiento compacto. Enfócate en el método de 'cortar y crecer' - elimina hojas y brotes en las uniones donde no deseas crecimiento. Esta técnica es particularmente importante ya que las Fuchsias florecen en madera nueva.
Mientras que muchos arbustos pueden omitir la poda ocasionalmente, las Fuchsias requieren atención constante. Para aumentar la ramificación, poda regularmente durante la temporada de crecimiento. Para ramas o tronco más gruesos, elimina las flores a medida que se forman pero deja las ramas intactas. Recuerda que las Fuchsias tienen madera quebradiza y se rompen fácilmente en las uniones de las ramas, así que ten mucho cuidado al podar.
Evita el alambrado cuando sea posible, ya que las ramas de Fuchsia son extremadamente frágiles y pueden romperse fácilmente. El interior de las ramas contiene médula en lugar de madera dura, lo que las hace particularmente vulnerables a daños. Si el alambrado es necesario, usa extrema precaución y alambre muy suave.
Trasplanta tu bonsái de Fuchsia anualmente debido a su sistema de raíces de rápido crecimiento. El mejor momento para trasplantar es a principios de primavera antes de que comience el nuevo crecimiento. Usa una mezcla de suelo bien drenante - una combinación de akadama, piedra pómez y roca de lava funciona bien, con algo de materia orgánica como corteza de pino añadida para nutrición.
Al trasplantar, aprovecha el sistema de raíces naturalmente ensanchado de la Fuchsia para crear la ilusión de madurez. No te apresures a colocar tu Fuchsia en una maceta de bonsái adecuada hasta que hayas logrado el estilo y la forma deseados, lo que puede llevar varias temporadas de crecimiento.
Mantén una humedad constante en el suelo sin encharcar. Revisa el suelo diariamente y riega cuando la capa superior se sienta seca. Riega abundantemente hasta que drene por los agujeros inferiores, pero nunca dejes que la maceta se quede en agua estancada.
La nebulización regular ayuda a mantener la humedad y beneficia a la planta, especialmente después del trasplante. Ajusta la frecuencia de riego según la temporada y la temperatura - aumenta durante el clima cálido y reduce durante los períodos más fríos. Observa los signos de exceso de riego, lo que puede llevar a la pudrición de las raíces.