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Durante la temporada de crecimiento (primavera a otoño), aplique fertilizante líquido a media concentración una vez al mes para promover un crecimiento saludable y una floración abundante. Cuando se mantenga al aire libre, puede usar fertilizante orgánico sólido como alternativa. Para el cuidado en invierno, solo fertilice si la planta continúa produciendo nuevo crecimiento; de lo contrario, pause la fertilización durante el período de latencia. Este enfoque de fertilización en dos fases ayuda a mantener el ciclo de crecimiento natural de la Rosa del Desierto mientras proporciona nutrientes cuando la planta puede utilizarlos mejor.
El bonsái de Rosa del Desierto requiere un ambiente cálido con mucha luz solar directa, lo que hace que una ubicación adecuada sea crucial para su supervivencia. En climas templados, mantenga la planta afuera a pleno sol o sombra parcial de mayo a septiembre. Durante los meses de otoño e invierno, muévala al interior a un lugar luminoso donde las temperaturas se mantengan por encima de 40°F (5°C). Una ventana orientada al sur proporciona una exposición ideal a la luz para la ubicación en interiores. No se preocupe si su Rosa del Desierto pierde sus hojas en invierno; esto es una parte natural de su ciclo, y un nuevo crecimiento emergerá en primavera cuando las condiciones mejoren. La clave es protegerla del frío mientras se asegura de que reciba suficiente luz durante todo el año.
La poda se puede realizar durante todo el año en la Rosa del Desierto, pero el momento es esencial para una floración óptima, ya que las flores aparecen en el nuevo crecimiento. Corte los brotes largos y las partes dañadas justo por encima de un nodo de hoja para fomentar la ramificación y más brotes de flores. Al podar, siempre use guantes protectores, ya que la savia lechosa de la planta es tóxica. Tenga especial cuidado con la aplicación de alambre, ya que la Rosa del Desierto se cicatriza fácilmente con el alambrado apretado. Las ramas deben tener suficiente espacio para engrosarse sin dejar marcas de alambre. Las técnicas de poda adecuadas no solo dan forma al árbol, sino que también promueven un crecimiento más completo y una floración más prolífica.
El trasplante debe realizarse cada 2-3 años a finales de la primavera, utilizando una mezcla de suelo bien drenante específicamente formulada para suculentas. Este momento es crucial ya que coincide con el período de crecimiento activo de la planta. Antes de trasplantar, deje que el suelo se seque ligeramente y espere varios días después de trasplantar antes de reanudar el riego regular para prevenir la pudrición de las raíces. Elija una maceta ancha y poco profunda con agujeros de drenaje adecuados que permitan que las raíces se extiendan y el exceso de agua escape fácilmente. Al trasplantar, manipule la planta con cuidado mientras usa guantes para protegerse de la savia tóxica, y tenga cuidado de no dañar la base bulbosa característica (caudex) que hace que esta especie sea tan distintiva.
La Rosa del Desierto requiere un régimen de riego especializado que respete su naturaleza suculenta. Riegue a fondo solo cuando el suelo se haya secado, típicamente cada 7-10 días, ajustando la frecuencia según el clima y la temporada. Durante los meses de invierno, reduzca la frecuencia de riego ya que las necesidades de agua de la planta disminuyen con la luz y el crecimiento reducidos. La planta almacena agua en su tallo bulboso (caudex), lo que la hace relativamente tolerante a la sequía. Sin embargo, observe los signos de estrés hídrico: si el tronco se vuelve blando o se encoge, aumente ligeramente el riego. Por el contrario, si las hojas se vuelven amarillas y se vuelven blandas, reduzca el riego para prevenir la pudrición de las raíces. Siempre asegúrese de que la maceta tenga un drenaje adecuado para evitar que el agua se acumule alrededor de las raíces.
Guía de Cuidado del Bonsái Rosa del Desierto